Mediación

Independientemente del lugar en el que se produzca, el conflicto siempre consume energía, tanto en el ámbito del trabajo como en el personal. A menudo también supone una carga para su entorno sin que sea tangible para los afectados. Una vez resuelto el conflicto, permite una interacción constructiva con los demás y se liberan nuevas energias en todos los implicados.

A menudo, la participación de una persona neutral y externa puede ayudar a clarificar el proceso, romper los patrones negativos arraigados y, por tanto, liberar de nuevo el potencial individual.
El requisito previo para ello es que todos los implicados en el conflicto estén dispuestos a llegar al fondo del problema y sientan el deseo de solucionarlo.

Mi función como mediadora es la de crear un marco en el que todas las partes implicadas se escuchan entre si. Para ello me refiero a la comunicación no violenta, asumo que todas las acciones en un conflicto se basan en una mala comunicación de las propias posiciones y necesidades.

Dependiendo del conflicto, este proceso de clarificación puede necesitar una o más sesiones de mediación.

Si lo desea, también ofrezco reuniones individuales con las partes implicadas en el conflicto. Esto puede ayudar a tener más claras las propias necesidades y las propias partes en el conflicto. Incluso si la otra parte implicada en el conflicto no opta por la mediación conjunta, esta discusión individual puede desactivar el conflicto o, al menos, permitirle afrontarlo mejor.

A veces es útil para el proceso que esté presente una persona ajena para que, por ejemplo, ambos géneros se sientan mejor representados. En este caso, o a su petición explícita, ofrezco el proceso de mediación conjunta. De estar de acuerdo, me  comprometo a informarle con todo detalle previamente.

En cualquier caso, me adhiero a los principios y normas éticas de la
Asociación Federal de Mediación e.V. (ver vídeo aquí) y soy muy consciente de la responsabilidad que asumo cuando acepto un encargo.